domingo, 1 de julio de 2007

EL ORIGEN EN EL SILMARILLION DE J.R.R. TOLKIEN




"En el principio estaba Eru, el Único, que en Arda es llamado Ilúvatar; y primero hizo a los Ainur, los Sagrados, que eran vástagos de su pensamiento, y estuvieron con él antes de que se hiciera alguna otra cosa. Y les habló y les propuso temas de música; y cantaron ante él y él se sintió complacido. (...).



Y sucedió que Ilúvatar convocó a todos los Ainur, y les comunicó un tema poderoso (...) y la gloria del principio y el esplendor del final asombraron a los Ainur, de modo que se inclinaron ante Ilúvatar y guardaron silencio.





Entonces les dijo Ilúvatar: - Del tema que os he comunicado, quiero ahora que hagáis, juntos y en armonía, una Gran Música. Y como os he inflamado con la Llama Imperecedera, mostraréis vuestros poderes en el adorno de este tema mismo (...)




Entonces las voces de los Ainur, como de arpas y laúdes, (...) empezaron a convetir el tema de Ilúvatar en una gran música (...) en una armonía que iba más allá del oído hasta las profundidades y las alturas; y al fin la música y el eco de la música desbordaron volcándose en el Vacío y ya no hubo vacío". (J.R.R. Tolkien: "El Silmarillion". Editorial Minotauro, Barcelona 1997, 1ª edic. bolsillo, 16ª reimpres., págs. 11 y 12).


SOBRE EL ORIGEN Y EROS









"Ante todo existió el Caos y después la Tierra, de ancho pecho, morada perenne y segura de los inmortales que habitan las cumbres del nevado Olimpo; el tenebroso Tártaro, en lo profundo de la espaciosa Tierra; y Eros, el más bello de los inmortales dioses, que libra cuidados a todas las deidades y a todos los hombres, y triunfa de su inteligencia y de sus prudentes decisiones". (Hesíodo: "La Teogonía", 116-120. Editorial Edicomunicación; Barcelona, 1995, pág. 44. (Resaltes en negrita, míos).











"(...) los órficos dicen que la Noche de alas negras, diosa que inspira temor al propio Zeus [Homero, Ilíada XVI.261] fue cortejada por el Viento y puso un huevo de plata en el vientre de la Oscuridad; y que Eros, al que algunos llaman Fanes, salió de este huevo y puso el universo en movimiento. Eros poseía los dos sexos, tenía alas doradas (...) Creó la tierra, el cielo, el sol y la luna, pero la triple diosa [la Noche] gobernó el universo hasta que su cetro pasó a manos de Urano" (Robert Graves: "Los mitos griegos", Alianza Editorial, Madrid 2002, 2ª edición, 2ª reimpresión, tomo I, págs. 35-36. Míos, los resaltes en negrita.





Según el propio R. Graves (ibídemn), este mito órfico de la creación es una versión del primitivo mito pelasgo, con influencias de una doctrina mística posterior del amor (Eros) y de las teorías sobre la adecuada relación entre los sexos. El huevo plateado de la Noche representa a la Luna. El dios del amor (Eros) es una abeja macho celestial de fuerte zumbido, hija de la Gran Diosa. Fanes es el Sol, que los órficos consideraban símbolo de la iluminación. Con el advenimiento del patriarcado el cetro de la Noche pasó a Urano.





Algunos sostienen - añade R. Graves, ob. cit. pág. 72) - que Eros, salido del huevo del mundo, fue el primer dios, pues sin él no podría haber nacido ningún otro; considerándosele contemporáneo de la Madre Tierra y del Tártaro; y niegan que tuviera padre o madre. Aunque algunos sostienen (ibídemn, pag. 73) que fue hijo de Afrodita y Hermes, o Afrodita y Ares, o incluso de Afrodita y su padre, Zeus... Era un niño indómito que no mostraba ningún respeto por la edad y el orden establecido, sino que volaba con sus alas doradas disparando al azar sus afiladas flechas o inflamando desenfrenadamente los corazones con sus terribles antorchas. En este sentido Eros, como "pasión sexual" era concebido por los primitos griegos como un Ker o "malicia" alada, como la Vejez o la Plaga, en cuanto que la pasión sexual descontrolada podía alterar el orden social establecido.





Está claro, pues, en la cosmogonía (origen del mundo y la vida) que elaboró la maravillosa mitolgía griega, Eros (el Amor) es el principio generatriz del cosmos y la vida humana, el huevo a partir del cual todo se pone en movimiento. También es ese "niño indómito", pasión sexual que altera el orden emocional y social, dotado de doradas alas y que va lanzando a todos sus agudas flechas (el enamoramiento y la pasión sexual). Ya lo decía Jacinto Benavente: al Amor lo han pintado ciego, pero con alas para sobrevolar las dificultades.... Me recuerda a un escritor británico que - con su sorna característica - decía que "cuando el dinero se va por la puerta, el amor se marcha por la ventana ..." Cabe preguntarse si ese amor es verdadero o frágil e interesado...